Escuchando a... ANDRÉS LEWIN

A propósito de Lewin: la emoción contenida de la Vía Láctea

A continuación me dispongo a recomendar la música del cantautor Andrés Lewin basándome en sucintos análisis propios de sus canciones y en lo que me hace sentir con cada una de ellas.

Cadena Ser
Mi primer contacto con Andrés Lewin fue mediante la noticia de su muerte por la web de El Mundo. Y no supe mucho más hasta que hace casi dos años decidí escuchar alguna canción suya (antes, por pereza o por respeto, no me había lanzado a escuchar nada). La canción que elegí en YouTube fue "Manifestación contra mi depresión" y me destrozó para siempre.

A partir de ese momento, se convirtió en uno de los cantautores más especiales e inspiradores para mí. Pero mi deleite total por la música de Lewin lo tuve durante el mes del Orgullo del pasado año 2019, cuando fui, con dos amigos, al concierto homenaje a Lewin en el especial y mítico Libertad 8. Ver al gran Marino Sáiz, a Luis Ramiro, a Conchita, a Alejandro Martínez... ver a todos subidos en aquel íntimo escenario recordando a Andrés Lewin me emocionó y enamoró. Y, por si fuera poco, me regalaron La tristeza de la Vía Láctea, cosa que me hizo enormemente feliz.

Lewin: "igual de desafinado"

Andrés Demian Lewin Pérez (1978-2016) fue un cantautor argentino que vivió en España. Se licenció en Psicología y estudió realización de cine. Publicó cuatro discos: Objetos perdidos (2002; maqueta), Agencia de viajes (2003), Animales y aeropuertos (2008) y La tristeza de la Vía Láctea (2016; póstumo).

Tristemente, falleció el 5 de enero del 2016 a los 37 años, un par de meses antes del lanzamiento de su último álbum (La tristeza de la Vía Láctea). Sus amigos de profesión dieron un concierto en su honor.

Sus canciones: "...y ochenta folios más"

A través de letras y melodías sencillas, Lewin hablaba en sus canciones de amor, de desamor, de animales, de sí mismo, de sus problemas emocionales... daba su visión del mundo desde de su perspectiva abiertamente homosexual e impregnando de inocencia cada una de sus obras.

En cuanto a su estilo, no se le podría etiquetar como un cantautor sin más. Yo diría más bien que su música de autor evoca sonidos de la música indie, que experimenta con melodías de variados géneros musicales y que, en ocasiones, cuenta con una producción que podría pasar por banda sonora de película (esto último sobre todo en La tristeza de la Vía Láctea).
El País
Andrés Lewin, con su voz nasal y desnuda de pretensiones, cantaba letras simples que abarcaban montañas de sentimientos y, sobre todo en su último álbum, montañas de sensaciones. Creando con sus manos un mundo íntimo y propio en el que sumergía a cualquiera que tuviera la suerte de escucharlo cantar.

Objetos perdidos (2002): "bravo por el verde que te quiero verde"

No he hallado mucha información acerca de esta primera maqueta de Lewin, pero por lo que he podido encontrar (aquí) sé que contaba con seis canciones, entre las cuales hay cuatro que rescataría un año más tarde para su primer álbum Agencia de viajes; estas son: "Despeinado - De momento", "Vuela", "Mi currículum" y "María" (dedicada a su madre).

Pero lo que más interesante me parece de este EP es la canción "Mira mira". En este tema Andrés adelanta parte de lo que en su último disco (con alguna alteración) sería la canción "Este fin". Pero de eso ya se hablará más adelante.

Agencia de viajes (2003): "sin manual"

Canción con todos
Tras Objetos perdidos lanzó Agencia de viajes con Sustancia Records. Este disco cuenta con doce canciones, de las cuales mis favoritas son "Vuela", "Vuelve" y la fantástica "Sin billete de vuelta".

Desde que la escuché, "Vuela" es la canción que suena en mi cabeza durante el mes del orgullo. Este tema es un canto que llama al bienestar del colectivo LGTBIQ, un canto de amor, un canto que invita a volar sin miedo y con orgullo por las nubes del amar a quien te dé la gana. Acordándose de todos los que en algún momento han sufrido por su orientación sexual, por "todos los que hicieron el camino" para llegar a donde estamos hoy, con una mención especial a Federico García Lorca con el verso "Que en algún lugar mi Lorca sigue vivo y te grita: ¡Sé valiente!". Una canción que te invita a romper el armario y volar.

"Vuelve" comienza con un arpegio exageradamente triste que acompaña a la susurrada voz de Lewin y que sube y baja en intensidad de la mano de ésta durante toda la canción. La letra, sin antecedentes ni consecuentes, parece ser una carta que le escribe a alguien pidiéndole (casi rogándole) que vuelva: "Vamos a contar, tú vuelve a la de tres: uno, vuelve; dos, que vuelvas; tres, levántate, despiértate, vuelve a nacer y no te vayas más".

Es una carta desesperada y triste que apela al pasado más íntimo entre el emisor y el receptor, tanto que al principio evoca la canción popular que cantaba: "Inés, Inés, Inesita, Inés". Una carta en la que el que escribe se reconoce, además, como alguien débil con la pregunta "¿Quién va a llorar si me voy yo?". Y, a pesar de todo este suplicar que vuelva, el que escribe concluye que es mejor que esa persona a la que se dirige se vaya porque sabe que volverá: "que siempre volverás".

Y para terminar con este disco tengo que hablar de "Sin billete de vuelta". Una canción que es prácticamente una película romántica. En concreto, el típico final de película romántica con uno de los dos yendo al aeropuerto a decirle a su amada o amado que le ama con todo su corazón y que no coja ese avión, pero contado desde un tono más realista sin perder la fantasía.

Hay un protagonista que tiene que coger un avión en Barajas y la canción empieza cogiendo el taxi dirección a ese aeropuerto mientras su amado lo mira a través de la ventana. Luego cuenta una conversación con el taxista, la llegada al aeropuerto, los pensamientos que le acechan en la sala de espera (donde más que esperar a subir al avión, espera la llamada de su amado). Cuenta, y aquí entra la fantasía, la discusión con un señor que le llama idiota por no llamar a su amado y los altavoces llamando a todos los pasajeros excepto a nuestro protagonista. El avión yéndose (con todos los pasajeros cantando el estribillo de la canción) y quien lo ha perdido diciéndole por teléfono a su amado que le espere acostado, que pronto estará a su lado. Sin palabras. La sensatez e inocencia desde la que canta Lewin me eriza la piel.

(Aquí podéis escuchar Agencia de viajes completo)

Animales y aeropuertos (2008): "¿por qué te has puesto gris?"

Este disco, cinco años después del anterior, es un EP con siete canciones en el que Andrés mezcla su peculiar voz con sonidos muy diversos y que, en algunos casos, le dan al disco una sonoridad metálica e, incluso, electrizante. 

Canción con todo
En Animales y aeropuertos encontramos tres canciones que, con una producción completamente distinta, también aparecen en La tristeza de la Vía Láctea: "Bola de Pop" (que en el siguiente disco se tituló "Emotravel"), "Tu perro" y la emotiva "Este fin". Mis favoritas de este disco son las ya mencionadas y una que se llama "Rehén por rehén".

Me quiero detener en tres canciones. La primera es "Tu perro" (con coros de Luis Ramiro), una canción en la que Lewin, con un ritmo pegadizo y alegre, se comprende a sí mismo como el perro de su amado con estas dolorosas, tristes y certeras palabras: "[...]yo que no soy el que soy, yo que soy lo que tú quieras y adonde me digas voy [...] Siempre a tu disposición. Soy tu perro y no me voy. Yo siempre seré el amigo que tú me pides que sea". Está diciendo que hará lo que sea necesario, así le duela, para estar cerca de su amado. Y acaba diciendo: "Daré un ladrido de amor y a ti te entrará la pena". Estos versos son dolorosísimos; sencillos, simples, tiernos... pero que arañan lo más profundo.

La segunda es "Manifestación contra mi depresión" (con coros de Marwan). Es la primera canción que escuché de Lewin (versión acústica) y con la que, directamente, me enamoré de su música. Me destrozó de la manera más cruel y al mismo tiempo me hizo sonreír. Es una canción en la que Lewin, hablando de sí mismo, parece que habla de todo aquel que le escucha. No tengo mucho más que decir que no se diga ya en la canción, así que lo mejor sería escucharla.

Y brevemente, para terminar, destacar la tercera canción que sería "Bola de Pop", que aunque me guste mucho más la versión del siguiente disco (al igual que "Este fin" y "Tu perro"), creo que es esa canción que todos necesitamos alguna vez. La canción que grita a los cuatro vientos: ¡Soy un intensito y estoy orgulloso! Una canción que me hace sonreír, cantar y bailar siempre que la escucho.

La tristeza de la Vía Láctea (2016): "continuará..."

Por último, ocho años después de lanzar Animales y aeropuertos y tras el triste fallecimiento de Andrés Lewin, nace La tristeza de la Vía Láctea. El álbum entero parece una despedida y cualquiera que lo escuche (sabiendo de la muerte del cantautor) podrá comprobarlo.

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Este disco de diez canciones, que hizo que se me saltaran las lágrimas de principio a fin, está sensacionalmente producido por Pablo Cebrián y es, desde la cubierta hasta el último silencio, un viaje de la mano de Lewin a través de las galaxias mentales y emocionales del cantautor.

El disco se supera en cada canción; desde la dulce voz de Conchita en "Iluminados" y el cambio de tercio en el minuto 3:17 de "Buen camino" hasta los pasos alejándose del final del disco, pasando por la rabia contenida e insana de la voz de Lewin en los segundos finales de "Fiesta salvaje".  Y, aunque me gusten todas las canciones, quizá mis favoritas sean "Una vuelta de Halley", "Correr" y "Este fin".

"Una vuelta de Halley" es una canción en la que Lewin cuenta cómo a los ocho años no pudo ver el cometa Halley porque su padre no lo despertó y que su único deseo es verlo en el año 2061: "mientras hago tiempo por el mundo procuraré celebrar 2061... lo intentaré". Antes de que la canción cumpla el primer minuto, Lewin ya te araña el alma diciéndote que a esa temprana edad, tras no poder ver el cometa Halley, comprendió "que la tristeza viene del espacio".

Esta canción funciona en todos los sentidos: emociona, entristece, cuenta la historia que quiere contar con la letra y, cómo no, la producción te introduce dentro del mundo que se crea al escucharla. Cuando empiezan a sonar todos los instrumentos y sonidos (tras haber empezado casi con la voz entrecortada) uno siente que está en el espacio, que alcanza el cometa Halley con las manos. Es casi como si lo estuvieses viviendo. Es sublime.

Siendo probablemente uno de los temas más cañeros del artista, si tenemos en cuenta la mano de Pablo Cebrián, "Correr" nos incita a salir corriendo. Nos transmite muchas cosas: deseos, confusión, dudas, comodidad, búsqueda de afecto y de uno mismo, complicidad, pasión y, sobre todo, libertad. Llegando a la conclusión que correr es lo correcto. Correr libremente hacia lo que deseas, hacia lo que buscas, hacia aquello por lo que estás luchando... Es una canción fantástica. Una canción en la que se gritan dos verdades que todos hemos querido gritar alguna vez: la primera es "me encanta estar aquí", la segunda "¡abrázame!".

De "Este fin" (canción que escribió a su madre y que recuerda mucho a él) no puedo decir nada que no diga el magnífico Marino Sáiz en este vídeo, así que mejor no digo nada y le dejo a él cantar.

La tristeza de la Vía Láctea es un disco estupendo, muy completo, intenso y necesariamente triste, con letras fabulosas (que dejan frases deliciosas como "me ha acribillado el amor en Tel Aviv", "voy volando hasta el fin de la Tierra y no me dueles más", "yo nací para que puedas ahuyentar la soledad", "las despedidas nunca son perfectas y siempre son tristes", "yo te dedico todo el amor que pueda entregar, el amor que pueda devolver de tanto amor que dejaste en mí"...), una producción preciosa y robusta, y la voz de Lewin certera para dar de lleno en el corazón.

(Aquí podéis escuchar La tristeza de la Vía Láctea completo)

Los restos de la Vía Láctea: "al fin y al cabo, una vuelta de Halley"

Andrés Demian Lewin deja, tras su hacer tiempo por el mundo, una carrera musical corta, pero muy especial y que guarda muchos tesoros. Creo que no exagero cuando digo que estoy completamente seguro de que el halo que ha dejado, la huella con la que ha marcado Andrés Lewin durará hasta que vuelva el cometa Halley y más.

Yo, como cantautor que también soy, me siento enormemente influenciado por Andrés Lewin desde que empecé a escucharlo. Y creo que cualquiera que esté buscando nuevas cosas que escuchar o canciones entrañables y originales, o que simplemente tenga curiosidad, que se haga el favor de escuchar a Andrés Lewin.

YouTube
Por último, os dejo aquí abajo unos vídeos maravillosos que espero que funcionen para ampliar la información acerca de este gran artista.

-Entrevista a Marwan, Conchita y Luis Ramiro tras el fallecimiento de Lewin



-"Iluminados" interpretada por Marwan , Luis Ramiro y Conchita



-Vídeo de "Iluminados" hecho por amigos de Lewin



-"A propósito de Lewin. Una historia de la Vía Láctea"



Sin nada más que decir, me despido de esta intensa y larga turra que he intentado escribir, con el mayor de los respetos, acerca de Lewin, que sigue vivo en todos los oídos, listas, salas, escenarios y corazones que tocó y sigue tocando a través de su música.

Aarón Wong





Comentarios

  1. ¡Qué hermoso saber que el legado de Lewin no se detuvo!
    Conocí a Lewin con la canción "Tu perro" y me llevó a su último álbum, desde la primera canción a la última causó tantas sensaciones en mí como en las personas a las que se las compartí, tiene una voz hermosa y es tan fácil poder identificarte con él. Mis canciones favoritas son: “Este fin", “Rehén por rehén”, “Mensaje telefónico" y “Correr", canción que dediqué a mi pareja y me la cantó tantas veces.
    He leído todo blog y agradezco tanto el análisis que hiciste de la discográfica, te faltó añadir el álbum “Playa Girón", tiene 5 canciones, lo puedes encontrar en Youtube.

    Hizo todo lo posible para que las canciones de Lewin sean escuchadas, no me parece justo que no sea tan reconocido, ese hombre tuvo un gran potencial y si lo pudiera ver vivo u en persona le daría un gran abrazo por tanto que aportó a la música.

    ¡GRACIAS POR TODO, LEWIN!

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  2. ENORME LEWIN.
    Sin ninguna duda un genio que no se creía lo jodidamente maravillosos que eran él, su poesía y su música (que si bien puede parecer sencilla, con acordes de ir por casa te montaba unas armonías que a mí me encogen el corazón). Cuanto más lo escucho más lo amo.
    Yo también le daría un abrazo eterno si pudiera verlo, es la única persona por cuya muerte he llorado sin conocerla.

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