La moda de la estética analógica

¿Por qué la moda de la fotografía analógica ha vuelto?

Para responder bien a esta pregunta necesitamos preguntarnos antes qué tiene la fotografía analógica que no tenga la digital actualmente. La respuesta es simple: estética directa.

Si ahora te haces una foto con el móvil y quieres aparentar que tu foto está tomada como si te la hubieran hecho desde una cámara analógica, tendrías que pasarla por filtros, ya sea de manera no profesional con aplicaciones móviles o queriendo un toque más profesional y pasándola por programas de edición más complejos como Photoshop o Lightroom, entre otros.

La fotografía analógica cuenta con esa ventaja de no necesitar pasar por programas ni filtros. El “filtro” lo lleva por defecto. La estética se consigue simplemente al apretar el disparador de la cámara.

¿Y qué hace que la estética analógica se haya puesto tan de moda entre un público más joven? Debemos hablar primero de algunos aspectos técnicos de fotografía para entender bien el gusto por la estética de una película fotográfica.

La película analógica o fotográfica está compuesta de dos materiales químicos esenciales: el halogenuro de plata y la emulsión propia de la película. Estos dos elementos son la base de cómo se compone la imagen en la película. El halogenuro de plata, que a veces cuesta hasta decirlo, es el componente sensible a la luz; fotosensible que se dice. Es el encargado de absorber los rayos de luz que atraviesan el objetivo para calcar la imagen que se ha proyectado y su forma son pequeños cristales de distintos tamaños. Este material se quemará dentro de la emulsión haciendo aparecer la imagen en la película.

Lo que determina la sensibilidad de la película, definido en fotografía como ISO, es la cantidad de estos diminutos cristales, haciendo posible tomar fotografías con la luz correcta en distintas situaciones. La emulsión es más sencillo, se trata de una capa de gelatina pura donde se encuentra el halogenuro de plata en suspensión.


Foto original (Nacho Sanz)


Foto con grano (Nacho Sanz)

Esto conlleva la aparición del famoso grano de película que es uno de los dos aspectos más importantes que le dan la estética a las fotografías analógicas y que ahora se puede simular fácilmente con cualquier aplicación móvil o programa de edición. Éste es el toque de antigüedad, lo que le da un aspecto más “alternativo”, aesthetic como se dice ahora.

Pero la cosa no acaba aquí. La capacidad de la película analógica de captar la imagen en color le da el plus que la mayoría de veces se busca. De la fotografía en blanco y negro no es necesario hablar dado a que es la manera de tomar fotos que se lleva haciendo desde el nacimiento de la fotografía y siempre ha cautivado por su belleza.

Esta vez me quiero centrar en qué hacen los desarrolladores de las aplicaciones para dar este plus de estética en sus filtros analógicos. Aquí entran en juego dos aspectos cromáticos: la temperatura de color y las saturaciones de los reflejos.

La temperatura de color, dicha de una forma sencilla, es la sensación de calor o frío que se da con las gamas de colores fríos o cálidos. Es esa sensación de calor cuando vemos una foto de un desierto y destacan los tonos rojos, naranjas y marrones; mientras que en una fotografía de una montaña nevada nos da la sensación de frío por la gama de colores de azules y verdes. Esta temperatura se expresa en Kelvin a pesar de no reflejar como tal una temperatura física. La luz natural blanca está en torno a los 5600K y las temperaturas de color según su gama se distinguen entre los 100k y los 5000k para tonalidades cálidas y entre 6000k en adelante para las tonalidades frías.

Foto original (Nacho Sanz)

Foto saturada (Nacho Sanz)

¿Y esto en qué afecta a las saturaciones de los reflejos? En que estos están definidos por las temperaturas de color que predominan en la foto tomada. Lo que hacen los filtros y las aplicaciones es detectar qué colores destacan en la fotografía que has tomado y saturan cada reflejo que haya en la foto que se relacione con los tonos principales. Pero hay un punto extra en saturar todos los tonos y es el hecho de que al saturarlos, estos mismos se mezclan, provocando imágenes con demasiadas tonalidades distintas.

Esto no lo hacen todos los filtros, hay algunos que desaturan la imagen haciendo el efecto contrario al que hemos hablado, otros que simulan la descomposición de la luz blanca en los colores del arco iris, algunos tratan de acercar los colores a tonos pastel donde los colores son más planos.

Estos dos simples aspectos, el grano de película y las temperaturas de color, son los que hacen que una foto tenga un aspecto que nos recuerde a fotografías tomadas, en concreto, con las cámaras Polaroid de los años 70; sustituidas actualmente por las famosas Instax, y algunos modelos de cámaras analógicas como Yashica o Leica.

La verdad es que creo que la moda por la fotografía analógica vuelve como cualquier recuerdo del pasado. Lo vintage gusta y atrae a cantidad de artistas en multitud de campos diferentes, sobre todo en la fotografía. Supongo que la fotografía analógica evoca cierto halo de misterio que a día de hoy nos gustaría poder mantener, y una manera sencilla de hacerlo es con efectos digitales que lo puedan imitar

Nacho Sanz de Andrés
(Instagram: @argentum_arts)



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